Cuando en 1963 compramos las carpas, que podía salir menos de “semejante empresa” que una poesía... que todos se rían, que todos las vivan, porque fue escrita así como se la lee, tierna y eufóricamente. Leída no sabemos cuándo, seguro que ahogando entusiasmos y risas como ahora, pero aquella vez seguro, fue bajo el techo hermoso de
NUESTRAS
CARPAS
¡Compramos
las Carpas!
Que
gran emoción;
Fueron
las primeras
En
nuestra Agrupación
Al
llegar a Tupungato
Comenzó
nuestra labor
Nos
costó mucho trabajo
Su
armado y ubicación.
¡Pero
ya estaban listas!
Y
el problema comenzó...
Al
principio fue una tormenta
Que
con todo arrasó
Y
en las carpas impermeables
Con
paraguas y pilotos
Esa
noche se durmió.
Eran
cuatro en cada carpa
Con
toda comodidad
Que
en su interior no se podía
Ni
siquiera respirar.
Una
vez un fuerte viento
A
las carpas hizo volar
Recorrimos
tres kilómetros
Para
irlas a buscar.
Nuestras
carpas nos brindaron
Una
vida de verdad
Con
amistad verdadera
Y
mucha comodidad.
Mery Lou Ronan